La respiración es una función vital que se da desde el mismo momento que nacemos y sucede de manera ininterrumpida durante toda nuestra existencia hasta nuestro último aliento de vida. Es un acto aparentemente simple y automático, pero detrás se esconde un pilar esencial para mejorar nuestra salud física, mental y emocional.
Respirar de manera consciente implica dirigir nuestra atención hacia el proceso respiratorio, pudiendo modificarla de manera voluntaria dependiendo de nuestros objetivos, ya sea mejorar la dinámica respiratoria, gestionar alguna emoción difícil, mejorar el rendimiento deportivo o relajar cuerpo y mente, entre otros beneficios. Esta atención deliberada permite una conexión directa con nuestro sistema nervioso, trayendo cuerpo y mente al momento presente e influyendo sobre ellos de una manera rápida y directa.
En una sociedad caracterizada por un ritmo demasiado acelerado, con constantes demandas, la respiración consciente actúa como una herramienta poderosa para reducir el estrés y la ansiedad. Nos brinda un espacio de quietud y reconexión con nosotros mismos. Cuando centramos la atención en la respiración o cuando practicamos técnicas específicas, podemos desacelerar la mente, reducir la actividad del sistema nervioso simpático y activar el sistema nervioso parasimpático, lo que induce a un estado de relajación y serenidad.
Al entrenar nuestra mente para mantenerse atenta al momento presente mejoramos nuestra capacidad de concentración y enfoque. Cultivamos la habilidad de concentrarnos en tareas específicas, evitando distraernos con los pensamientos que genera nuestra mente, de forma natural, cuando estamos en piloto automático. Esta mayor claridad mental nos permite también tomar mejores decisiones.
Otro aspecto vital de la respiración consciente es su capacidad para mejorar la salud física. Al respirar de manera consciente, oxigenamos adecuadamente nuestras células y tejidos, fortaleciendo el sistema inmunológico y aumentando nuestros niveles de energía. Además, puede ayudar a reducir la tensión muscular y mejorar la postura, aliviando así el dolor crónico y previniendo lesiones relacionadas con el estrés físico. Como dice el adagio “vivo quod Spiro”: vivo como respiro. El modo en que respiramos define nuestra forma de vivir, y por tanto, de cómo vamos a envejecer.
Las ventajas en nuestras emociones
En el plano emocional, la práctica regular de la respiración consciente nos ayuda a desarrollar una mayor inteligencia emocional. Al estar más conectados con nuestra respiración, podemos reconocer y aceptar nuestras emociones sin reaccionar impulsivamente ante ellas. Este mayor autoconocimiento y autorregulación emocional nos permite manejar situaciones estresantes con mayor calma y ecuanimidad.
Atender y trabajar voluntariamente con nuestra respiración, ya sea aplicando herramientas y métodos tradicionales o actuales, va a mejorar nuestra calidad de vida en todos los aspectos. Desde la reducción del estrés hasta la mejora de la concentración y la salud física, los beneficios de esta práctica son innumerables y accesibles para todos. Cuando cultivamos el hábito de respirar conscientemente incrementamos el bienestar de forma integral, encontrando un sentido de equilibrio y armonía en nuestras agitadas vidas.
Referencias:
Samuel Ganes, Respiración consciente, RBA Integral, 2023
Richie Bostock, El gran libro de la respiración, Gaia ediciones 2021
Ramiro Calle. Respira, ediciones B, formato digital 2016
Ramiro A. Calle, El gran libro de la meditación, mr-ediciones, 2021
Para que comiences bien tu día te dejamos un video en nuestro canal Youtube:
Sesión de Respiración. Comienza el día con energía.
Te invitamos cordialmente a inscribirte para el mes 16 de mayo a las 20 hrs., la actividad de respiración tendrá como punto neurálgico: el estrés.
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